jueves, 13 de septiembre de 2018

Alimenta tu salud mental; por Pilar López Martín, Naturópata

¿Te has planteado en algún momento cómo tu alimento influye en tu cerebro y en tu sistema nervioso?

Cada día más investigaciones científicas nos indican que no seguir una alimentación adecuada a las necesidades de cada persona incide de manera directa en nuestro cerebro y en el sistema nervioso. De esta manera, podemos cuidar o perjudicar, sin ser conscientes: la inteligencia, la capacidad de razonar, la toma de decisiones, la memoria, el aprendizaje, el ánimo (depresión), cansancio, fatiga, alteración del sueño, irritabilidad…

En muchos casos creemos que la solución sólo está en las pastillas, en los psicólogos y psiquiatras… Sin reconocer que tenemos una oportunidad, esa que nos lleva a “SER PARTE ACTIVA EN EL EQUILIBRO DE NUESTRA SALUD”

2.-Desde la alimentación hay dos actuaciones que inciden sobre el estado de salud del cerebro y del sistema nervio:

2)A.-Una y muy importante es mantener la glucosa en equilibrio. El cerebro utiliza como carburante glucosa y hoy se sabe, según estudios realizados con grupos de jóvenes, que cuando se mantiene el nivel de glucosa en sangre aumenta el tést de inteligencia. Por el contrario, el cerebro no tolera bien la subida brusca de glucosa con la consiguiente bajada brusca. La insulina es la hormona que segrega el páncreas y que es responsable de bajar esos niveles que se producen por el consumo de alimentos ricos en azúcares libres, cereales y harinas refinadas que realizamos de manera cotidiana y, en muchos casos, a largo del día. Hablamos de alimentos que causan estrés en el cerebro y en el sistema nervioso, a la vez que agotan la vida del páncreas.

¿Cómo mantener el nivel de glucosa en sangre? Mantenerlo es posible cuando dejamos de tomar alimentos procesados ricos en azúcares, faltos o muy carentes de fibra y elegimos consumir alimentos materia prima: cereales y harinas integrales; verduras; frutas de bajo índice glucémico y masticadas para ingerir así su fibra, entre ellos: kiwi, naranja, pomelo, fresa…; frutos secos como: nueces y almendras crudas; legumbres; huevos de numeración, preferible, 0 y 1; carnes más indicadas blancas: pollo, pavo, conejo; pescados, sin olvidar que los azules son más ricos en omega 3 y preferibles los pequeños como: sardina, boquerón, caballa, jurel, a los grandes: pez espada, atún. El omega 3, un ácido graso que facilita la conexión neuronal y baja la inflamación. Todos estos alimentos facilitan una glucosa normalizada en sangre, evitando que el páncreas tenga que segregar grandes cantidades de insulina y además, ayudan a mantener la energía durante más tiempo. Hablamos de alimentos ricos en Vitamina C y E (importantes antioxidantes) y vitaminas B1 y B12, de minerales como el magnesio, selenio, zinc, de aminoácidos donde el triptófano es una importante en la vía de la serotonina, que genera bienestar.

2)B.-Y otra el consumo de grasas poliinsaturadas (ácidos grasos esenciales)

• El cerebro está formado por un 40% de grasa, las membranas de las neuronas están formadas por grasa y un consumo inadecuado puede incidir sobre el ánimo, depresión, cansancio, irritabilidad, la pérdida de memoria…

• Porque nuestro cuerpo no puede producirlas y es de suma importancia consumirlas para disfrutar de una buena salud mental. Nos referimos sobretodo a la omegas 3 y la omega 6, ya que las grasas saturadas, monoinsaturadas y colesterol las fabrica el cuerpo

• Los a.g.e. presentes en los grasas poliinsaturados (omega 3 y 6) son básicos para formar las prostanglandinas que son lípidos mediadores que cumplen las siguientes funciones:

Relajar los vasos sanguíneos, con lo cual ayudan a bajar la tensión arterial. Aumentan las defensas. Reducen la inflamación cerebral, muy importante teniendo en cuenta que la mayoría de los trastornos mentales se observan inflamaciones en el cerebro. Regulan los neurotransmisores que es el sistema químico de conexión entre las neuronas.

En la actualidad es importante aumentar el consumo de omega3 (1), ya que en la actualidad existe un desbalance al consumir mucha más cantidad de omega 6, aceites vegetales presentes en semillas de girasol, maíz, soja, margarinas… Aceites que forman parte de los alimentos procesados que consumimos de manera frecuente y que inciden en ese desbalance, con el resultado de aumento de la inflamación.

• ¿Sabías que la mielina es una sustancia formada grasa blanca (un 75%) y por proteínas que envuelven los axones? Podemos considerarla como el recubrimiento de un cable eléctrico que aísla y protege el axón y ayuda de manera rápida y eficiente a la transmisión nerviosa entre las células del cerebro y la médula espinal. La alteración de mielina puede ser causa de enfermedades como: esclerosis múltiple (desmielizante y enfermedad inflamatoria) y esquizofrenia y trastorno bipolar (se ha observado una reducción de la mielina en las neuronas de materia blanca en aquellas personas que las padecen con relación a las personas sanas.

¿Dónde encontrar esas grasas esenciales omega 3, principalmente? (1)

En aceite de linaza, extraído de la semilla de lino; aceite de hígado de bacalao, considerado más como suplemento que como alimento; en semillas como el lino y la chía; en pescados azules: caballa, sardinas, boquerón, jurel (pescados pequeños y salvajes de nuestras costas) y en salmón, atún, entre otros.

Fuente: Mejor Salud

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