Y es que, la lactancia materna, según las necesidades del niños, sigue siendo la mejor manera para alimentar a un bebe sano, ya que satisface todas las necesidades nutricionales para su crecimiento y desarrollo. Además, los primeros cuatro-seis primeros meses de vida se considera un periodo de crecimiento rápido, especialmente para el cerebro, y como la lecha materna contiene aminoácidos y ácidos grasos es ideal para solventar dichas necesidades.
Por si fuera poco, debemos de tener en cuenta que antes de nacer, el bebé entra en contacto solo con algunas bacterias, pero es en el momento del nacimiento cuando comienza la colonización del intestino por parte de la microbiota, Esto ocurre desde el mismo momento del parto vaginal, gracias a bacterias vaginales y fecales y, continua con todo el proceso de lactancia que será la principal responsable de la correcta formación de la flora intestinal de bebe que será muy importante para mantener un sistema inmune fuerte y una buena absorción de nutrientes.
Principales beneficios de la leche materna:
- Satisface las necesidades energéticas y nutricionales del lactante (a excepción de la vitamina K y D que deben suplementarse). Además, como hemos dicho anteriormente, es rica en aminoácidos esenciales y en minerales de alta biodisponibilidad entre los que se encuentra el calcio, fósforo, magnesio e hierro.
- Aporta inmunoglobulina A, lactoferrina y lisozima procedentes de la madre, aumentando su barrera defensiva frente a infecciones gastrointestinales.
- Tiene menor incidencia de dermatitis atópica y de sensibilidades frente a la leche de origen animal, por ejemplo la lecha de vaca.
- Es importante también su aporte de factores de crecimiento y de hormonas gastrointestinales que favorecen la maduración del tracto gastrointestinal del bebé.
- Además, se observa un menor riesgo de alergias, obesidad y ciertos problemas de salud en niños amamantados con leche materna en comparación con los que se alimentan con leche en forma artificial.
Es fundamental que el destete se inicie en el momento adecuado. Si el niño recibe alimentos diferentes a la leche materna antes de que su organismo esté preparado para asimilarlos, puede provocar trastornos digestivos, alergias, intolerancia a los alimentos y diarrea infecciosa. De la misma manera, el retraso de la incorporación de alimentos diferentes a la leche, provoca desnutrición, ya que la leche materna no basta para satisfacer los requerimientos para un crecimiento adecuado.
Precisar edad ideal para comenzar el proceso del destete es complicado, ya que todos los niños son diferentes y cada uno tiene su propio ritmo de crecimiento y maduración. También hay que tener en cuenta la dentición, que suele aparecer entre los cuatro y diez meses. Como regla general, se aconseja la lactancia materna de forma exclusiva durante los seis primeros meses, después se puede continuar con la lactancia con alimentos complementarios durante dos años (el prolongamiento de la lactancia por parte de la madre, dependerá de diversos factores como problemas nutricionales, agotamiento físico o situaciones de estrés).
Una vez llegados al proceso de destete e introducción de otros alimentos, los cereales son los primeros alimentos que se pueden introducir (mezclados con leche materna), después se van introduciendo los purés de verduras y frutas, y la carne.
Los alimentos que son más propicios a causar reacciones alérgicas en niños sensibles, como la clara de huevo y el pescado, se incorporaran, a ser posible, después de los doce meses.
Para más información, consulte al profesional Naturópata Colegiado.
Juan Jesús Delgado Ballano, Naturópata Colegiado Nº 3511. Vicepresidente de la Organización Colegial Naturopática de Andalucía. Propietario del Herbolario El Ríncón de la Salud (Av. de España, 47 de Dos Hermanas).
Fuente: Dos Hermanas Info
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