lunes, 14 de abril de 2025

La Crononutrición: Elemento Nuclear en la Intervención Naturopática en la Primera Fase del Programa Personal de Salud (PPS)

Resumen

El término crononutrición fue introducido por el Dr. Alain Delabos en 1986, estableciendo una relación directa entre los ritmos biológicos y la optimización del metabolismo a través del momento adecuado de ingesta. Sin embargo, la práctica Naturopática ha integrado desde sus orígenes el “reloj de la naturaleza” en su intervención alimentaria. Este artículo analiza el papel fundamental de la crononutrición dentro del Programa Personal de Salud (PPS), particularmente en su primera fase, donde se utiliza la Naturopatía Alimentaria – Trofología con el objetivo de estabilizar el terreno biológico-metabólico del individuo. Se destaca así la coherencia histórica y científica de esta práctica ancestral, ahora avalada por estudios de cronobiología desde los años 60 hasta la actualidad.

Introducción

La crononutrición se sitúa en la intersección entre la nutrición, la cronobiología y la salud individualizada. Su postulado central indica que no solo importa lo que comemos, sino cuándo lo comemos. Este principio, aunque formulado científicamente en los años ochenta por Alain Delabos, ha sido una constante histórica en la praxis Naturopática, basada en los ritmos naturales y en la relación dinámica entre el ser humano y su entorno.

La Naturopatía Alimentaria – Trofología, aplicada especialmente en la primera fase del Programa Personal de Salud (PPS), busca estabilizar el metabolismo individual como condición necesaria para una posterior acción reguladora o regeneradora. En esta fase inicial, la crononutrición constituye un instrumento estratégico para reequilibrar los biorritmos, mejorar la respuesta fisiológica al entorno y promover una autorregulación eficiente.

Fundamentos biológicos y cronobiológicos

Los ritmos circadianos regulan funciones esenciales como la secreción de insulina, la liberación de enzimas digestivas, la síntesis de melatonina y cortisol, así como la disposición del cuerpo a absorber y metabolizar diferentes nutrientes. Estudios pioneros en animales ya mostraban esta sincronía: Wiepkema et al. (1966) observaron en ratones CBA un patrón de alimentación ligado al ciclo luz-oscuridad, y Rohles Jr. (1967) reportó comportamientos similares en primates.

Estos descubrimientos evidencian que los organismos vivos, incluyendo el ser humano, están programados para responder a estímulos temporales. Comer desincronizadamente puede producir desajustes metabólicos y hormonales que favorecen la inflamación, la resistencia a la insulina, la dislipemia y otras alteraciones del terreno biológico.

La crononutrición en la práctica Naturopática

Desde una perspectiva Naturopática, el acto de alimentarse no es aislado ni universal, sino que debe responder a factores como:

  • El ritmo solar diario (ciclo circadiano).

  • Las estaciones del año (ciclo estacional).

  • El ecosistema (alimentos locales, clima, biodiversidad).

  • Las costumbres culturales, hábitos laborales y el contexto socioeconómico del individuo.

En la Naturopatía Alimentaria - Trofología, estos factores se integran para diseñar intervenciones altamente personalizadas, que reconecten a la persona con su entorno natural y restablezcan la homeostasis.

La fase inicial del PPS, en la que se aplica esta estrategia, tiene como meta principal la estabilización metabólica, es decir, facilitar al organismo una vuelta a su equilibrio funcional básico. Esta etapa también permite observar cómo responde la persona a ajustes dietéticos vinculados al tiempo, lo cual será determinante para las fases siguientes del PPS (regulación, regeneración y optimización).

Evidencia científica que respalda el enfoque

Además de los estudios fundacionales mencionados, investigaciones contemporáneas han validado la influencia del tiempo de ingesta sobre la salud metabólica:

  • Garaulet & Gómez-Abellán (2014) demostraron la relación entre cronodisrupción y obesidad.

  • Johnston (2014) mostró cómo la sensibilidad a la insulina y la tolerancia a la glucosa varían significativamente según la hora del día.

  • Vitale & Weydahl (2017) relacionaron el cronotipo individual con el rendimiento y la respuesta metabólica al ejercicio y a la alimentación.

Estos hallazgos, entre otros, refuerzan la praxis Naturopática al evidenciar que la regulación de los tiempos de alimentación puede ser tan importante como la calidad de los alimentos en sí.

Conclusión

La crononutrición no es una innovación reciente en la Naturopatía, sino una reformulación moderna de un principio ancestral: vivir y alimentarse en armonía con los ritmos naturales. Aplicada en la primera fase del Programa Personal de Salud, la crononutrición permite optimizar el terreno metabólico del individuo, mejorar su adaptación al entorno y facilitar procesos regenerativos posteriores.

Este enfoque posiciona a la Naturopatía como una disciplina científica, holística y anticipatoria, en consonancia con la cronobiología actual y con una larga tradición de respeto a la naturaleza y al ser humano como sistema interdependiente.

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