La formación ética, básica y continuada, del Profesional Naturópata es fundamental para afrontar la gran cantidad de situaciones que pueden traducirse en dilemas éticos en la práctica profesional Naturopática.
La adquisición de competencia o pericia sobre el abordaje de los dilemas éticos implica el desarrollo de habilidades para aprehender situaciones, contextualizarlas, analizarlas y compartirlas. El conocimiento teórico de la ética es necesario, pero el conocimiento teórico por sí solo no es sinónimo de competencia. La competencia engloba conocimientos teóricos y experienciales, habilidades y, sobre todo, incorporar actitudes y comportamientos éticamente orientados. La competencia ética en los procesos de prestación y gestión de Servicios Profesionales de Naturopatía implica desarrollar habilidades para integrar la percepción, la reflexión y la acción.
Esta dimensión integradora de la competencia es el primer paso para comprender que uno es responsable de sus decisiones y de sus actos . Además de la formación básica durante los estudios del Programa Graduado en Naturopatía (PGN), algunas de las estrategias que propone la Organización Colegial Naturopática para favorecer la adquisición de competencia ética incluyen: sesiones de procesos a debatir, participación regular en los comités o comisiones de ética o deontología profesional.
La percepción de la competencia ética y de los problemas éticos que tienen los Profesionales Naturópatas difiere de otros profesionales de la salud. En los tiempos actuales, con los retos a los que se enfrentan los Profesionales Naturópatas es imprescindible promover la competencia ética de los profesionales. Identificar los problemas y sus causas es el primer paso para lograr solucionarlos.
El abordaje de los dilemas éticos y de los conflictos morales que se generan en la práctica profesional requiere que los Profesionales Naturópatas estén altamente cualificadas para prevenir, mediar o contribuir a solventar estas situaciones.
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