La naturaleza enseña y, al observar sus ciclos, nos entendemos a nosotros mismos, que somos después de todo el espejo del macrocosmos. ¿Qué nos enseña el otoño, con hojas que caen y árboles desnudos? ¿Qué mensaje podemos recibir en esta época de transición?.
Las antiguas culturas del mundo sabían cómo percibir la magia y la belleza en cada estación. En la sociedad actual, especialmente en Occidente, la primavera y el verano son temporadas de la Serie A; al menos para mucha gente lo son. Mientras que a pocas personas les gusta el otoño y el invierno, quizás porque hemos negado el lado oscuro que está presente en cada uno de nosotros con el riesgo de que la tristeza y especialmente la depresión se apoderen de nuestras vidas para sacarnos de esa unilateralidad que nos aplasta y domina.
Hemos eliminado el sentido de misterio, por eso nos gusta especialmente el calor y el verano con su luz y sus colores brillantes. Para la Medicina Tradicional China, el otoño está asociado con el movimiento del metal, los pulmones, la piel, la nariz, el intestino grueso, el sabor blanco y picante, las lágrimas, la tristeza y la aflicción.
La tarea del médico chino tradicional es reequilibrar los pulmones y la piel en primer lugar. El Naturópata sigue esta línea de pensamiento psicosomático y apoya a la persona en su búsqueda de equilibrio con una variedad de técnicas que trabajan sobre el cuerpo y la psique. Los pulmones, para la psicosomática, simbolizan el aliento que nos da la vida, pero también son la línea divisoria entre el interior (simbólicamente el interior) y el exterior en un ciclo perenne de intercambio y relación continua con lo que está fuera de nosotros delimitado por la misma piel sobre la que se dibujan nuestra historia y nuestras emociones. Por eso es importante cuidar estos órganos vitales en otoño.
La naturaleza no hace nada por casualidad y ya con su colorido, aunque se está cerrando sobre sí misma, nos trae sol y alegría. La naranja de los cítricos y el amarillo de la calabaza de invierno nos cargan energéticamente mientras que el verde de la col y el brócoli inducen un estado de calma. Mirando a la naturaleza en otoño nos damos cuenta de que sus matices van del amarillo al naranja y al marrón. Son los colores de la felicidad y de la tierra. Verlos ya nos trae un estado de bienestar. En esta temporada, al alimentarnos correctamente y ayudarnos con remedios naturales, podemos enfrentarnos a aquellas enfermedades físicas y mentales que nos crean incomodidad.
Por ejemplo, los remedios contra la tristeza, que siempre lleva un mensaje que hay que descifrar, son diferentes. Van desde el omega 3 - que se encuentra en el pescado, las semillas oleaginosas y los frutos secos, especialmente las nueces - que recuerdan al cerebro humano por su forma - hasta la verbena (lo discutiremos en un artículo separado) y especialmente el hipérico. Luego hay toda una serie de aceites esenciales que nos ayudan y apoyan en esta época de transición, desde los cítricos al romero, del eucalipto a la menta, sin olvidar la terapia del color, el masaje, la visualización y la respiración consciente. La Naturopatía, por lo tanto, ofrece toda una gama de técnicas válidas para apoyar a la persona en el otoño. Inténtalo para creer.
Fuente: Cultura e Culture
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