Resumen
La presente investigación aborda el estatus epistemológico de la Naturopatía como un sistema científico autónomo, no alternativo, en el marco de una crisis de paradigma dentro de las ciencias de la salud. A partir del enfoque de Thomas Kuhn sobre los cambios paradigmáticos y el modelo de Teoría Abarcante de Mario Bunge, se propone que la Naturopatía no constituye una oposición al modelo biomédico, sino una respuesta coherente, estructurada y ampliadora ante fenómenos nuevos que este no logra explicar satisfactoriamente. Desde su surgimiento en el contexto del nihilismo terapéutico hasta su actual consolidación como campo de conocimiento, la Naturopatía representa una expresión científica de mayor complejidad, articulada desde principios salutogénicos, ecológicos y personalizados. El artículo cuestiona las etiquetas reduccionistas como “medicina alternativa” o “terapia natural”, abogando por el reconocimiento epistémico y profesional de la Naturopatía como ciencia y disciplina sanitaria.
1. Introducción: Crisis del modelo y emergencia de nuevos marcos
A lo largo del último siglo, las ciencias de la salud han estado atravesadas por una crisis profunda: el modelo biomédico mecanicista, dominante desde el siglo XIX, muestra signos evidentes de insuficiencia para explicar y abordar múltiples fenómenos actuales del proceso salud-enfermedad. Problemas como las enfermedades crónicas, los trastornos funcionales sin base lesional, el impacto de los determinantes sociales y ambientales, o el estrés como disfunción sistémica escapan al enfoque reduccionista y lineal del paradigma médico.
Es en este contexto donde la Naturopatía no emerge como una “opción alternativa”, sino como una respuesta epistémica compleja a una realidad sanitaria que exige nuevos conceptos, nuevas finalidades y nuevos lenguajes. Esta perspectiva se inserta en el marco filosófico de Thomas Kuhn sobre los cambios paradigmáticos, y se articula con la Teoría Abarcante de Mario Bunge, que permite comprender la Naturopatía no como oposición, sino como superación integradora del paradigma anterior.
2. Nihilismo terapéutico y el inicio de la crisis
El nihilismo terapéutico —corriente crítica del siglo XIX— denunció la ineficacia, y a menudo el carácter iatrogénico, de las intervenciones médicas. Autores como Oliver Wendell Holmes planteaban que muchas prácticas de la medicina institucionalizada eran más peligrosas que beneficiosas. Este escepticismo sembró el terreno para la emergencia de modelos de atención centrados en la autorregulación vital, el entorno y el estilo de vida, entre ellos, la Naturopatía.
Lo que comenzó como una visión práctica alternativa se desarrolló progresivamente en una estructura epistemológica con base científica, capaz de explicar fenómenos nuevos y operar en niveles donde el modelo médico hegemónico no alcanzaba. La crisis del paradigma biomédico estaba en marcha.
3. Kuhn y los cambios de paradigma: ¿revolución o adaptación?
Según Kuhn (1962), los paradigmas científicos no se abandonan por simple acumulación de conocimiento, sino cuando se producen anomalías que el paradigma vigente no puede explicar. En este punto, se inicia una revolución científica que da paso a un nuevo paradigma, no por oposición directa, sino por mayor poder explicativo.
El modelo biomédico ha intentado adaptarse a esta presión introduciendo términos como “medicina integrativa”, “salud holística” o “terapias complementarias”. Sin embargo, este lenguaje muchas veces representa una operación cosmética más que un verdadero cambio epistémico. La práctica sigue siendo farmacológica, la lógica sigue siendo sintomática, y el sujeto sigue reducido a órgano o función.
4. Bunge y la Teoría Abarcante: coexistencia sin cancelación
Para el filósofo argentino Mario Bunge, los paradigmas no se excluyen mutuamente, sino que pueden coexistir dentro de una jerarquía conceptual, donde uno se convierte en teoría abarcante de otro. Así como la teoría de la relatividad no anula la física de Newton, sino que la abarca como caso límite, la Naturopatía no elimina la medicina, sino que la integra dentro de un marco más amplio, vitalista, ecológico y salutogénico.
“Donde termina la Naturopatía, comienza la Medicina.”
Este principio, retomado del dictum hipocrático medieval (“primero la Diatia, luego la Medicina y por último la Cirugía”), establece una jerarquía funcional de paradigmas sin necesidad de confrontación: la Naturopatía se ocupa de los procesos de salud y equilibrio vital; la medicina interviene cuando estos fracasan; y la cirugía actúa como medida final.
5. La Naturopatía como paradigma emergente: fundamentos y coherencia
Lejos de ser un eclecticismo, la Naturopatía se articula como un paradigma científico con sus propias dimensiones:
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Ontología: El ser humano como unidad eco-bio-psico-social en proceso constante de autorregulación.
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Epistemología: Conocimiento holístico, contextual y no reduccionista, orientado al equilibrio.
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Metodología: Evaluación y aplicación de medios naturales con base científica (dieta, movimiento, respiración, contacto con la naturaleza, gestión emocional).
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Praxiología: No terapéutica, sino salutogénica, sin finalidad patológica.
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Axiología: Promoción activa de la autonomía, responsabilidad y sostenibilidad vital.
Este paradigma no busca suprimir síntomas, sino favorecer las condiciones en las que la salud se expresa. Su acción es educativa, ecológica y transformadora.
6. Limpiar el lenguaje para aclarar el marco
El uso de términos como “terapia”, “tratamiento” o “prevención” —importados del discurso médico— genera confusión sobre la verdadera naturaleza de la praxis Naturopática. En realidad:
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🔴 No es terapia, porque no trata enfermedades sino que estimula la capacidad vital.
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🔴 No es prevención, porque no actúa sobre el riesgo patológico, sino que promueve procesos positivos de salud (salutogénesis).
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🟢 Es una ciencia de la salud orientada a lo viviente, no al combate contra la enfermedad.
7. Conclusión: hacia una salud científica con múltiples niveles de explicación
La Naturopatía, desde el enfoque de Kuhn y Bunge, representa un cambio de paradigma sin necesidad de anulación, sino de superación integradora. Su coherencia epistemológica, su desarrollo profesional y su capacidad para responder a los desafíos actuales de salud la posicionan como una ciencia de base propia, con identidad, método y finalidad diferenciadas.
Frente a los intentos de absorción simbólica y reduccionismo semántico, urge el reconocimiento institucional de la Naturopatía como disciplina científica. No es medicina “natural”, ni terapia “alternativa”, ni una moda pasajera: es una respuesta estructurada a una crisis epistémica profunda en las ciencias de la salud.

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