miércoles, 12 de noviembre de 2025

El Lenguaje de la Salud: Terminología Naturopática como Eje de la Coherencia Epistemológica y la Claridad en el PPS

Introducción: Un Paradigma Dinámico: Del Vis Morbosa al Vis Regeneratrix

La Naturopatía, como disciplina científica y praxis profesional, se fundamenta en el paradigma de la Salutogénesis, la Higiología y el Vitalismo. Este marco funcional se distingue radicalmente del enfoque clínico basado en la Patología y la Terapia (el Vis Morbosa o visión enfocada en la enfermedad). Por lo tanto, el uso de un lenguaje prestado o adaptado del modelo clínico no solo resulta confuso en la práctica interprofesional, sino que pone en riesgo la coherencia interna de la Naturopatía al intentar describir fenómenos vitales complejos con herramientas conceptuales diseñadas para la supresión y el tratamiento.

El corazón de este conflicto reside en la dicotomía entre la Vis Regeratrix Naturae (el poder regerativo de la naturaleza y del propio organismo) y el enfoque patológico-terapeutico de supresión. Si se acepta el principio Naturopático de que el organismo tiende inherentemente a la salud, el lenguaje debe reflejar este proceso de autorregulación.

Tesis Central: El uso de esta terminología específica es crucial para la coherencia epistemológica, la definición clara de la finalidad profesional y la claridad en el Programa Personal de Salud (PPS) del Salutante.

1. La Ruptura Histórica y la Sistematización: El Abandono de la Terapia

La necesidad de una nomenclatura propia no es un capricho contemporáneo, sino el resultado de un desarrollo histórico consciente y un proceso de maduración disciplinar que busca la autonomía. Es la cristalización de una revolución paradigmática, tal como la concibió Thomas S. Kuhn.

  • Manuel Lezaeta Acharán (Finales de los 30): Ya a fines del siglo pasado, figuras clave como Lezaeta, pionero de la Doctrina Térmica, plantearon la imperiosa necesidad de abandonar la patología y la terapia como enfoque central. Su trabajo se centró en la Restauración de la Vitalidad, postulando que la enfermedad no es más que un desequilibrio térmico o una sobrecarga de toxinas. Esto implicaba redirigir la mirada profesional hacia los mecanismos naturales del organismo, como la limpieza y el equilibrio térmico, lo que hoy denominamos Proceso Higiológico. El objetivo Naturopático no es la cura de la enfermedad, sino la restauración funcional del individuo.

  • Pierre-Valentin Marchesseau (Década de los 70): Marchesseau, figura esencial en la Naturopatía europea moderna, consolidó esta visión al propugnar el abandono del sufijo "terapia" en la denominación de los medios naturales utilizados. Argumentaba que el sufijo "terapia" (del griego therapeia, que a menudo implica tratamiento o curación de la enfermedad) es incompatible con la finalidad Naturopática. En su lugar, se promovieron términos que reflejan su función activa y no-patológica: Acción Higiénica, Acción Higiodinámica o Acción Diasóstica.

Este proceso de ruptura no fue casual, sino la base de una sistematización progresiva que se formaliza en la Praxiología Naturopática. La nomenclatura se convirtió, así, en el reflejo de la lectura paradigmática Naturopática, un salto cualitativo que separa la disciplina de las meras técnicas y la eleva al estatus de Ciencia de la Salud.

2. Coherencia Epistemológica: Definir el Objeto y la Finalidad

La coherencia epistemológica se logra cuando el lenguaje utilizado es un reflejo exacto del objeto de estudio de la Naturopatía: el Proceso Higiológico (versus entidad nosológica). Es aquí donde la terminología propia opera como un seguro conceptual.

Al sustituir el lenguaje patológico por la terminología propia, el profesional Naturópata logra:

2.1. Aísla el Paradigma y Define la Triple Finalidad Naturopática

El uso de términos propios asegura que el profesional opera dentro de una lógica clara que no puede ser malinterpretada como tratamiento médico. La finalidad de la Naturopatía se define como:

  • Finalidad Salutogénica: Orientada a la creación y el mantenimiento de la salud, buscando los recursos que tiene el Salutante.

  • Finalidad Higiogénica: Enfocada en la aplicación de medios que favorecen la vitalidad y la limpieza del organismo, fortaleciendo el "Terreno Vital".

  • Finalidad Diasóstica: Concentrada en la observación, lectura y acompañamiento del Proceso Higiológico, sin intervenir para suprimir, sino para sostener la reorganización endógena.

Términos como Fitosimbiosis Resolutiva (en lugar de Fitoterapia) o Proceso Higiológico (en lugar de entidad nosológica) aseguran que el profesional Naturópata opera bajo estas tres finalidades, manteniendo la fidelidad a sus principios fundacionales (Vis Regeratrix Naturae y Tolle Causam).

2.2. Operacionalización del Principio Tolle Causam

La terminología propia permite operacionalizar el principio de Tolle Causam (Buscar lla raiz de los procesos subyacentes) de manera funcional. El Naturópata no busca la causa estructural de una enfermedad, sino los factores subyacentes de la desadaptación.

  • La Valoración Naturopática (EES) Naturopática es Diasóstica (lectura del estado vital).

  • Proceso higiopénico. Se busca los factores predisponentes y desencadenantes (sobrecarga tóxica, desequilibrio térmico, insuficiencia vital, etc.), no la entidad nosológica.

  • Al utilizar un término como Desadaptación Celular (en lugar de cáncer, por ejemplo), el enfoque se dirige al fortalecimiento del ambiente interno (el Terreno Vital), que está en la raiz real del desequilibrio que permite la manifestación psicobiológica.

3. Claridad en el PPS: El Empoderamiento y la Lectura del Biosistema

La terminología específica es fundamental para la correcta implementación del Programa Personal de Salud (PPS) y para transformar la relación profesional a un modelo de acompañamiento y educación.

Una nomenclatura precisa y propia permite:

  • Fomentar la Co-Responsabilidad (Salutante vs. Paciente): Al hablar de Salutante (del latín salus, salud) y de Acción Higiodinámica (y no de tratamiento o prescripción), se subraya el rol activo e intrínseco del individuo en su proceso de salud. La intervención Naturopática es entonces una herramienta educativa para la autogestión de la vitalidad, promoviendo la autonomía y la emancipación del individuo.

  • Despatologizar la Experiencia (Proceso Higiológico): El uso de términos funcionales y positivos (resolutivo, adaptativo, dinamizador) permite al Salutante entender sus manifestaciones (como una crisis de limpieza o una fiebre) no como una "enfermedad que debe ser curada", sino como respuestas de reorganización vital dentro de su Proceso Higiológico. Se legitima la capacidad de salutificación del cuerpo.

  • Garantizar la Trazabilidad y la Seguridad Profesional: Un lenguaje estandarizado dentro de la Naturopatía, como el que se propone en la Nomenclatura Naturopática Básica (NNB), permite una documentación clara y reproducible de los Programas Personales de Salud. Esto es crucial para la comunicación intraprofesional, el desarrollo de la Naturopatía Basada en la Evidencia (NBE) y, fundamentalmente, para definir legalmente los límites de la acción profesional, evitando la invasión del campo terapéutico.

  • Lectura del Terreno Vital (El Núcleo del PPS): La terminología propia es indispensable para la fase de evaluación. El Naturópata evalúa parámetros funcionales y vitales a través del Estudio Diasóstico (ej. Nivel de Vitalidad, Calidad del Drenaje, Equilibrio Térmico). Sin esta terminología, el profesional se vería forzado a "traducir" hallazgos funcionales (como el nivel de Catástasis) a lenguaje patológico, traicionando la esencia del PPS.

Conclusión

La terminología es la columna vertebral de cualquier disciplina. Para la Naturopatía, la adopción y estandarización de términos como Fitosimbiosis Resolutiva, Proceso Higiológico o Acción Diasóstica no es una mera cuestión de estilo, sino un imperativo epistemológico.

Este lenguaje específico no solo sella la coherencia interna del marco Naturopático, honrando el legado de figuras como Lezaeta y Marchesseau, sino que dota al Programa Personal de Salud (PPS) de la claridad funcional necesaria para empoderar al Salutante. Es el paso definitivo hacia la autonomía disciplinar y la consolidación de la Naturopatía como una Ciencia de la Salud con identidad propia.

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