Los baños de sauna pueden afectar el equilibrio de líquidos, electrolitos y ácido-base.
Además de la sudoración y la sed, un baño de sauna también tiene efectos en muchos mecanismos reguladores endógenos que mantienen el equilibrio entre los compartimentos de fluidos y la distribución adecuada de la sangre circulante.
Aunque la pérdida de líquido inducida por la sauna no suele ser muy grave, su reemplazo adecuado lo más pronto posible es importante.
En la práctica, la forma más conveniente y efectiva es reemplazar la pérdida de líquido por pequeñas dosis de líquido que se repiten con frecuencia durante el baño.
Si se toma un baño de sauna después de una actividad física intensa, la compensación de líquidos puede ser necesaria ya antes del baño.
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