Los minerales son elementos químicos que proporcionan estructura y regulan el ambiente interno en los organismos vivos. A pesar de que constituyen solo una pequeña fracción del cuerpo, sólo el 4% del peso corporal total, su importancia está notablemente subvalorada. De hecho, la vida humana ni siquiera sería posible sin ellos. Cuando escuchamos sobre los minerales, generalmente se habla de calcio, hierro o zinc. El magnesio se está volviendo cada vez más deficiente en los seres humanos, lo cual es problemático ya que es crítico para muchas reacciones químicas, vías neuromusculares y para el mantenimiento general de un cuerpo sano.
El cuerpo humano acumula y concentra componentes vitales dondequiera que se necesiten. Para el magnesio, aproximadamente el 60% se encuentra en el hueso, el 25% en el músculo y el 15% restante en los diversos fluidos y tejidos blandos. El magnesio que reside en los tejidos blandos se encuentra principalmente en órganos metabólicamente activos, como el cerebro, el corazón y el hígado. A partir de esto, se puede deducir razonablemente que las funciones principales del magnesio están probablemente relacionadas con los huesos y los músculos, y que desempeña un papel metabólico dentro de las células.
El magnesio puede ser tan importante para la integridad estructural de los huesos y los dientes como el calcio. El calcio es sinónimo de hueso, sin embargo, demasiado puede ser algo malo. El calcio le da al hueso su dureza, pero no proporciona ninguna flexibilidad. El hueso duro sin ninguna flexibilidad sería sinónimo de tiza: duro, pero quebradizo y mucho más fácil de romper. El magnesio es crucial para dar flexibilidad ósea a través de la integridad trabecular mejorada y la densidad ósea. Como el calcio y el magnesio compiten por la absorción en el intestino, demasiado de uno puede causar una deficiencia en el otro. Es posible que esto es lo que esta pasando en Finlandia, con el mayor consumo de calcio a magnesio (4: 1), tenga la tasa más alta de osteoporosis y prevalencia de fractura de cadera en el mundo.
El magnesio se acumula en los tres tipos de células musculares: esquelética, lisa y cardíaca. Mientras que el calcio participa en la contracción muscular, el magnesio actúa en oposición, bloqueando los canales de calcio y causando relajación muscular. Las personas con niveles subóptimos son, por lo tanto, más propensas al dolor muscular y los cólicos. De mayor importancia, es necesario relajar el músculo liso que recubre los vasos sanguíneos y el músculo cardíaco que recubre el corazón, lo que significa que la deficiencia de magnesio puede comprometer la salud cardiovascular, aumentando el riesgo de hipertensión, accidente cerebrovascular y ataque cardíaco.
La producción de energía es el último papel fisiológico amplio del magnesio. Hasta la fecha, se ha implicado en más de 300 reacciones enzimáticas en el cuerpo relacionadas con el ATP. Algunas de las funciones más destacadas incluyen la producción de ATP en el ciclo de Krebs, la descomposición de los azúcares para producir energía y la síntesis de componentes bioquímicos importantes que incluyen proteínas, ácidos grasos y ácidos nucleicos. En base a esto, probablemente no sea sorprendente saber que la deficiencia de magnesio es común en personas con fatiga crónica y déficits metabólicos.
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Fuente: Naturopathic Currents
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