La Naturopatía como profesión se va construyendo en España en un periodo
reciente, a partir de 1984, tanto, como para que la sociedad no
reconozca todavía socialmente esas señas de identidad propias. De hecho,
la asignación de Naturopatía como denominación de profesión, todavía es
actualmente difícil de escuchar incluso de algunos profesionales por la
connotación peyorativa que en su momento se le asignó.
Las circunstancias actuales que enfrenta la Naturopatía española, dan
oportunidad para la reflexión y el encuentro con la esencia de nuestra
profesión.
Juntos, unidos en nuestros valores
comunes de Servicio, Integridad y Profesionalismo, hacemos de nuestra
profesión y de los Servicios Profesionales de Naturopatía que prestamos a
la sociedad una realidad que vez es más reconocida y utilizada por la
ciudadanía. Hoy día, vemos con orgullo como está creciendo nuestra
profesión en muchos ámbitos.
La Naturopatía es arte antiguo,
ciencia nueva; tiene un largo pasado pero una historia reciente; es una
ciencia joven con solo una breve historia de conceptos técnicos a su
espalda. Las raíces de la Naturopatía se remontan miles de años,
basándose en la sabiduría de la sanación de muchas culturas, incluyendo
la India (Ayurveda), chino (taoísta), griego (Corpus Hipocraticum),
árabes, egipcios, europeos (monástica).
Nuestra profesión, la
Naturopatía, es tan antigua como la propia humanidad, que siempre ha
utilizado remedios naturales para su salud. Desde entonces y durante
siglos, nos hemos ido adaptando a los cambiantes contextos sociales
hasta que hace algo más de un siglo iniciamos un largo y dificultoso
camino de profesionalización, que todavía no ha culminado con el
reconocimiento que nuestra profesión, la Naturopatía, se merece por
derecho propio.
No es
responsabilidad de nadie más que del propio profesional Naturópata el
continuar con la compleja tarea de modificar conceptos, pero estos han
de ser frutos del trabajo y representación social.
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