La OCN asegura que la regulación permitiría a los profesionales “la libre circulación por los países de la UE, con el reconocimiento mutuo de títulos, diplomas, certificados y acreditaciones; además de una ampliación del mercado laboral con la consiguiente inserción laboral”.
Insisten en que la regulación daría “mayor cohesión al mercado laboral”, pues “facilitaría la contratación, los convenios colectivos, la asignación de epígrafes sociolaborales...”. También facilitaría la identificación profesional por parte del usuario, “con las garantías que la regulación conllevaría”.
Los centros de formación no reglada que existen actualmente también saldrían beneficiados “con la consiguiente estabilidad y creación de nuevos puestos de trabajo, pues la oferta aumentaría y cada centro se adaptaría a las enseñanzas que oferta dentro de una marco profesional regulado”.
Y por supuesto, añaden en nota de prensa, la regulación favorecería la incorporación al mercado laboral de los profesionales según sus competencias asignadas en cada nivel, facilitándoles a la vez la capacidad de promoción profesional y ascender a otras categorías que le permitan mayores conocimientos y en definitiva mejorar el servicio al usuario”.
En última instancia, la regulación de la profesión naturopática “evitaría el conflicto con otras profesiones, ya que quedaría bien definida un área de conocimiento y cualificación profesional”, lo cual evitaría “el pseudointrusismo científico y profesional y el filibusterismo semántico, resolviendo, con ello, un problema histórico que dura ya más de 90 años en España”.
Fuente: Mi Herbolario nº 143
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