Introducción
La ansiedad y la depresión son trastornos de salud mental prevalentes que afectan a millones de personas en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más de 280 millones de personas padecen depresión [1] , mientras que los trastornos de ansiedad afectan a 264 millones. Los tratamientos para estas afecciones suelen incluir psicoterapia o medicación. Si bien son eficaces, estos enfoques pueden presentar limitaciones, como posibles efectos secundarios, problemas de accesibilidad y resistencia al tratamiento. En los últimos años, ha aumentado el interés por explorar terapias alternativas y complementarias para la ansiedad y la depresión. Una de estas posibles terapias es el azafrán ( Crocus sativus L.), una especia apreciada por sus aplicaciones culinarias. Estudios previos han sugerido las posibles propiedades del azafrán para regular el estado de ánimo [2] .
Esta revisión tiene como objetivo investigar la evidencia actual sobre la eficacia del azafrán en el manejo de la ansiedad y la depresión en adultos. Se han analizado datos de ensayos clínicos aleatorizados, doble ciego y controlados con placebo (ECA) recientes para evaluar la eficacia del azafrán en comparación con placebo y antidepresivos estándar. Se identifican las limitaciones de la investigación actual y las áreas de exploración futura. Al sintetizar estos hallazgos, esta revisión busca contribuir al creciente conocimiento sobre el potencial del azafrán como terapia complementaria para la ansiedad y la depresión.
Azafrán vs. Citalopram para la depresión con ansiedad
Varios estudios recientes han explorado el potencial de la suplementación con azafrán para el manejo de la ansiedad y la depresión. Un ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo comparó el azafrán (30 mg/día) con el antidepresivo común citalopram (40 mg/día) en adultos con depresión mayor leve a moderada con síntomas de ansiedad ( n = 66). Sesenta (60) participantes completaron el estudio. Después de 6 semanas, ambos grupos mostraron mejoras significativas en las puntuaciones de depresión y ansiedad ( p < 0,001 en ambos grupos), sin diferencias significativas en la eficacia entre el azafrán y el citalopram. [3]
Azafrán vs. Fluoxetina para la depresión posparto
Resultados similares surgieron de otro ensayo doble ciego, aleatorizado y controlado con placebo realizado sobre la depresión posparto, donde el azafrán (15 mg dos veces al día) mostró una seguridad y eficacia comparables a las de otro medicamento ISRS comúnmente recetado, la fluoxetina (20 mg dos veces al día), en el tratamiento de la depresión posparto leve a moderada en mujeres (de 18 a 45 años con una puntuación inicial en la Escala de Depresión de Hamilton [HDRS] ≤ 18). El estudio no encontró diferencias significativas en el cambio en las puntuaciones de la HDRS entre los grupos de azafrán y fluoxetina durante el período de 6 semanas. Si bien el 41 % de las pacientes en el grupo de azafrán y el 50 % en el grupo de fluoxetina lograron una respuesta completa (reducción ≥ 50 % en la puntuación de la HDRS), esta diferencia no fue estadísticamente significativa. La frecuencia de eventos adversos también fue similar entre los dos grupos de tratamiento. [4]
Azafrán como complemento de la sertralina para el trastorno de ansiedad generalizada
Basándose en la investigación previa, otro ensayo controlado aleatorizado, doble ciego investigó el efecto del azafrán como terapia complementaria a la sertralina en 40 pacientes con trastorno de ansiedad generalizada (TAG) leve a moderado diagnosticado según los criterios del DSM-5. Los participantes fueron asignados aleatoriamente para recibir azafrán (450 mg/d, n = 20) o un placebo ( n = 20) durante 6 semanas, además de su tratamiento continuo con sertralina (50 mg). La Escala de Calificación de Ansiedad de Hamilton (HAM-A) de 14 ítems se utilizó para evaluar los efectos del tratamiento, al tiempo que se recopilaban datos antropométricos, demográficos y de ingesta dietética. Después de ajustar por edad, ingesta energética inicial, puntuación HAM-A inicial y cambios de peso, los pacientes del grupo de azafrán mostraron una puntuación media HAM-A significativamente menor al final de las 6 semanas en comparación con el grupo placebo (2,95 frente a 5,05; p = 0,005). El análisis intragrupal indicó una disminución significativa en las puntuaciones totales de la HAM-A en ambos grupos ( p ≤ 0,000). Además, tras ajustar por las mismas covariables, el cambio en la puntuación de la HAM-A con respecto al valor inicial fue significativamente mayor en el grupo de azafrán que en el grupo placebo (−17,25 ± 2,67 vs. −15,35 ± 2,30; p = 0,029). Los efectos secundarios notificados fueron leves y no obligaron a los participantes a suspender la suplementación. El estudio concluyó que el azafrán, como complemento de la sertralina, puede reducir los síntomas del TAG. [5]
Metaanálisis: Efectos generales del azafrán en las enfermedades neuropsiquiátricas
Para respaldar aún más el potencial del azafrán como antidepresivo y ansiolítico, otra revisión sistemática y metaanálisis tuvo como objetivo evaluar los efectos generales del azafrán en diversas afecciones neurológicas y psiquiátricas, como la cognición, la depresión, la ansiedad, los trastornos del sueño, el TDAH y el TOC. Los investigadores realizaron búsquedas metodológicas en las bases de datos PubMed/Medline, Web of Science y Clinical Trials hasta junio de 2023 para identificar ensayos controlados aleatorizados (ECA) relevantes. Los criterios de inclusión especificaron estudios en los que los participantes, ya fueran sanos o con trastornos neurológicos o psiquiátricos, recibieron azafrán o sus extractos. El riesgo de sesgo se evaluó utilizando las directrices Cochrane, y la revisión se adhirió a la declaración PRISMA. El metaanálisis, realizado con el software RevMan y STATA con modelos de efectos aleatorios o fijos, incluyó 46 ECA. La duración de estos ensayos osciló entre 4 y 48 semanas.
Los resultados indicaron que el azafrán fue significativamente más eficaz que el placebo para mejorar la cognición, la depresión (magnitud del efecto global = -4,26; IC del 95 %: -5,76 a -2,77), la ansiedad (magnitud del efecto global = -3,75; IC del 95 %: -5,83 a -1,67) y los trastornos del sueño (magnitud del efecto global = -1,91; IC del 95 %: -2,88 a -0,93). Además, se observó que el azafrán no era inferior a los fármacos convencionales en el tratamiento de los trastornos cognitivos, la depresión, la ansiedad, el TDAH y el TOC, y en general fue bien tolerado, con pocos efectos secundarios. Los autores concluyeron que el azafrán podría tener efectos protectores en los trastornos neurológicos y psiquiátricos y representa una opción de tratamiento relativamente segura y favorable. [6]
Metaanálisis: Azafrán para la depresión y la ansiedad: como tratamiento independiente y como terapia complementaria
Otra revisión sistemática y metaanálisis examinó el impacto de la suplementación con azafrán, tanto como tratamiento independiente como terapia complementaria, sobre los síntomas de depresión y ansiedad en comparación con la medicación o el placebo. Siguiendo las directrices PRISMA, los investigadores revisaron sistemáticamente ensayos controlados aleatorizados. La extracción de datos implicó la recopilación de datos para calcular los efectos del tratamiento, y la calidad de los estudios se evaluó mediante la escala de Jadad. El metaanálisis de 23 estudios mostró que el azafrán tuvo un gran tamaño del efecto positivo en comparación con el placebo para los síntomas depresivos ( g = 0,99, p < 0,001) y los síntomas de ansiedad ( g = 0,95, p < 0,006). El azafrán también demostró un gran tamaño del efecto positivo cuando se utilizó junto con antidepresivos para los síntomas depresivos ( g = 1,23, p = 0,028). Los autores concluyeron que el azafrán puede ser una intervención eficaz para los síntomas de depresión y ansiedad, pero se justifica más investigación debido a la limitada diversidad geográfica de los estudios incluidos. [7]
Azafrán y anhedonia en la depresión
Además, otro estudio exploró el azafrán como un potencial para tratar la depresión y la anhedonia (disminución del placer y la motivación), particularmente en formas más leves donde los antidepresivos estándar podrían no ser la solución ideal. El estudio exploró los efectos del azafrán tanto en modelos preclínicos como en pacientes con depresión. En ratas que presentaban anhedonia motivacional inducida por estrés, el tratamiento repetido con azafrán mejoró la motivación y la respuesta a las señales de recompensa. Este efecto pareció implicar la modulación de la señalización dopaminérgica y las vías BDNF-TrkB en regiones cerebrales asociadas con la recompensa. En un estudio piloto con pacientes con depresión, la adición de azafrán a su tratamiento actual durante 8 semanas condujo a una mejora general de los síntomas depresivos y una reducción significativa de la anhedonia. Los investigadores concluyeron que el azafrán es prometedor para mejorar la motivación y podría ser un tratamiento complementario útil para pacientes con depresión que experimentan anhedonia. [8]
Investigaciones anteriores sobre el potencial del azafrán: Azafrán vs. Imipramina
Dos estudios previos investigaron el potencial del azafrán para la depresión en poblaciones específicas. Un ensayo piloto, doble ciego y aleatorizado de 6 semanas ( n = 30) comparó el azafrán (30 mg/día TDS) con la imipramina (100 mg/día TDS) en adultos con depresión. Los participantes cumplieron con el DSM-4 para la depresión mayor (basado en la entrevista clínica estructurada para el DSM-4) y también tenían una puntuación inicial en la Escala de Calificación de Hamilton para la Depresión de al menos 18. Después de 6 semanas, ambos grupos mostraron una eficacia similar en el tratamiento de la depresión leve a moderada ( p = 0,09), con efectos anticolinérgicos y sedación observados con mayor frecuencia en el grupo de imipramina. El estudio concluyó que el azafrán puede ofrecer beneficios terapéuticos para la depresión leve a moderada, lo que justifica un ensayo más amplio, controlado con placebo. [9]
Azafrán para el síndrome premenstrual
Un estudio independiente se centró en mujeres con síndrome premenstrual (SPM). Este ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo comparó una dosis menor de azafrán (15 mg dos veces al día) con un placebo. Mujeres de entre 20 y 45 años con ciclos menstruales regulares que habían experimentado síntomas de SPM durante al menos 6 meses fueron elegibles para el estudio y cumplieron los criterios de inclusión. El grupo que recibió azafrán demostró reducciones significativas tanto en el total de síntomas premenstruales diarios como en las puntuaciones de la Escala de Depresión de Hamilton después de dos ciclos menstruales, con una diferencia significativa observada en comparación con el grupo placebo. [10]
Discusión y conclusión
Basándose en el análisis de ensayos controlados aleatorizados (ECA) recientes y metaanálisis centrados en el período comprendido entre 2016 y la actualidad, esta revisión respalda el prometedor potencial de la suplementación con azafrán ( Crocus sativus L.) como terapia complementaria para el manejo de la ansiedad y la depresión leves a moderadas en adultos. Cabe destacar que varios estudios demostraron una eficacia comparable entre el azafrán y medicamentos antidepresivos establecidos como el citalopram [11] y la fluoxetina [12], lo que sugiere su potencial como alternativa viable o tratamiento complementario. Esto se ve respaldado además por la evidencia metaanalítica que indica efectos positivos significativos del azafrán sobre los síntomas depresivos y de ansiedad en comparación con placebo, e incluso como complemento a los antidepresivos convencionales [13] .
Los hallazgos van más allá de la ansiedad y la depresión generales, indicando posibles beneficios para poblaciones específicas. Por ejemplo, el azafrán ha demostrado ser prometedor para aliviar los síntomas de la depresión posparto [14] y el trastorno de ansiedad generalizada cuando se utiliza como complemento de la sertralina. [15] Además, investigaciones recientes destacan el potencial del azafrán para abordar síntomas depresivos específicos como la anhedonia, un aspecto complejo de los trastornos del estado de ánimo. Los hallazgos preclínicos sugieren que sus efectos reguladores del estado de ánimo pueden implicar la modulación de la señalización de la dopamina y las vías BDNF-TrkB, [16] lo que justifica una mayor investigación en ensayos clínicos en humanos. El impacto más amplio del azafrán en diversas afecciones neuropsiquiátricas, como la cognición y el sueño, como se destaca en un metanálisis exhaustivo [17] , subraya aún más su potencial terapéutico. Una ventaja significativa reportada consistentemente en estos estudios es la naturaleza generalmente bien tolerada del azafrán y su perfil de seguridad favorable, particularmente cuando se compara con los medicamentos antidepresivos y ansiolíticos convencionales. [18] Sin embargo, es fundamental reconocer las limitaciones inherentes al conjunto actual de investigaciones.
Muchos de los estudios revisados, si bien ofrecen resultados alentadores, se caracterizan por tamaños de muestra relativamente pequeños y duraciones cortas (típicamente de 6 a 48 semanas), lo que puede limitar la generalización de los hallazgos y la capacidad de detectar efectos a largo plazo. Para consolidar el papel del azafrán en la atención de la salud mental basada en la evidencia, las investigaciones futuras deben priorizar ensayos clínicos más amplios y a largo plazo en diversas poblaciones, como también lo recomiendan metaanálisis previos. [19] Una mayor investigación sobre los mecanismos de acción precisos que subyacen a los efectos del azafrán, las pautas de dosificación óptimas y la estandarización rigurosa de las preparaciones con azafrán también son esenciales para garantizar resultados consistentes y fiables.
En conclusión, la evidencia sintetizada en esta revisión sugiere que, si bien aún no es la opción ideal, el azafrán ofrece un gran potencial como terapia complementaria para la ansiedad y la depresión leves a moderadas. Abordar las limitaciones identificadas mediante una investigación rigurosa y continua será esencial para dilucidar plenamente su utilidad clínica e integrarlo eficazmente en la atención de salud mental basada en la evidencia.
Futuras direcciones de investigación
Los prometedores hallazgos de estudios recientes sobre el azafrán para la ansiedad y la depresión resaltan la necesidad de una mayor exploración en varias áreas clave.
Ensayos más amplios y a largo plazo: La mayoría de los estudios revisados emplearon duraciones relativamente cortas (de 6 a 48 semanas). Para consolidar la evidencia y determinar la eficacia y seguridad a largo plazo del azafrán, se necesitan estudios rigurosos con muestras más grandes y duraciones más prolongadas.
Investigación sobre el mecanismo de acción: Comprender los mecanismos biológicos mediante los cuales el azafrán ejerce sus efectos reguladores del estado de ánimo es crucial. Investigar estos mecanismos puede contribuir al desarrollo de intervenciones más específicas para la ansiedad y la depresión.
Optimización de la dosis: La dosis óptima de azafrán para el tratamiento de la ansiedad y la depresión sigue sin estar clara, ya que los estudios revisados emplean un rango de dosis (20–450 mg/día). Las investigaciones futuras deberían explorar las relaciones dosis-respuesta para identificar la dosis más eficaz y bien tolerada que equilibre la eficacia con la tolerabilidad.
Control de calidad del azafrán: La estandarización del azafrán utilizado en la investigación es esencial. Las variaciones en el origen, los métodos de procesamiento y la posible adulteración pueden afectar los resultados. Garantizar una calidad consistente en todos los estudios es crucial para realizar comparaciones fiables y comprender claramente los efectos del azafrán.
Referencias
[1] [No author listed.] “Depression.” World Health Organization, https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/depression, 2023‑03‑31.
[2] Shafiee, M., S. Arekhi, A. Omranzadeh, and A. Sahebkar. “Saffron in the treatment of depression, anxiety and other mental disorders: Current evidence and potential mechanisms of action.” Journal of Affective Disorders, Vol. 227 (2018): 330–337.
[3] Ghajar, A., S.M. Neishabouri, N. Velayati, L. Jahangard, N. Matinnia, M. Haghighi, A. Ghaleiha, et al. “Crocus sativus L. versus citalopram in the treatment of major depressive disorder with anxious distress: A double-blind, controlled clinical trial.” Pharmacopsychiatry, Vol. 49, No. 2 (2016): 69–76.
[4] Kashani, L., S. Eslatmanesh, N. Saedi, N. Niroomand, N. Ebrahimi, M. Hosseinian, T. Foroughifar, S. Salimi, and S. Akhondzadeh. “Comparison of saffron versus fluoxetine in treatment of mild to moderate postpartum depression: A double-blind, randomized clinical trial.” Pharmacopsychiatry, Vol. 50, No. 2 (2017): 64–68.
[5] Jafarnia, N., Z. Ghorbani, M. Nokhostin, A. Manayi, S. Nourimajd, and S. Razeghi Jahromi. “Effect of saffron (Crocus sativus L.) as an add-on therapy to sertraline in mild to moderate generalized anxiety disorder: A double blind randomized controlled trial.” Archives of Neuroscience, Vol. 4, No. 4 (2017): e14332.
[6] Han, S., Y. Cao, X. Wu, J. Xu, Z. Nie, and Y. Qiu. “New horizons for the study of saffron (Crocus sativus L.) and its active ingredients in the management of neurological and psychiatric disorders: A systematic review of clinical evidence and mechanisms.” Phytotherapy Research, Vol. 38, No. 5 (2024): 2276–2302.
[7] Marx, W., M. Lane, T. Rocks, A. Ruusunen, A. Loughman, A. Lopresti, S. Marshall, M. Berk, F. Jacka, and O.M. Dean. “Effect of saffron supplementation on symptoms of depression and anxiety: A systematic review and meta-analysis.” Nutrition Reviews, Vol. 77, No. 8 (2019): 557–571.
[8] Corridori, E., S. Salviati, M.G. Demontis, P. Vignolini, C. Vita, A. Fagiolini, A. Cuomo, P. Carmellini, C. Gambarana, and S. Scheggi. “Therapeutic potential of saffron extract in mild depression: A study of its role on anhedonia in rats and humans.” Phytotherapy Research, Vol. 39, No. 3 (2025): 1277–1291.
[9] Akhondzadeh, S., H. Fallah‑Pour, K. Afkham, A.H. Jamshidi, and F. Khalighi‑Cigaroudi. “Comparison of Crocus sativus L. and imipramine in the treatment of mild to moderate depression: A pilot double-blind randomized trial [ISRCTN45683816].” BMC Complementary and Alternative Medicine, Vol. 4 (2004): 12.
[10] Agha‑Hosseini, M., L. Kashani, A. Aleyaseen, A. Ghoreishi, H. Rahmanpour, A.R. Zarrinara, and S. Akhondzadeh. “Crocus sativus L. (saffron) in the treatment of premenstrual syndrome: A double-blind, randomised and placebo-controlled trial.” BJOG, Vol. 115, No. 4 (2008): 515–519.
[11] Ghajar et al, op. cit.
[12] Kashani et al, op. cit.
[13] Marx et al, op. cit.
[14] Kashani et al, op. cit.
[15] Jafarnia et al, op. cit.
[16] Corridori et al, op. cit.
[17] Han et al, op. cit.
[18] Chauhan, S., A. Tiwari, A. Verma, P.K. Padhan, S. Verma, and P.C. Gupta. “Exploring the potential of saffron as a therapeutic agent in depression treatment: A comparative review.” The Yale Journal of Biology and Medicine, Vol. 97, No. 3 (2024): 365–381.
[19] Marx et al, op. cit.
Fuente: NaturopathicCurrents
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