La experiencia ocurre a diferentes niveles durante la sesión de tratamiento.
En el nivel físico, gracias a los cuencos colocados (en su plexo, en el vientre), los sonidos que comenzaron con el mazo crean un masaje vibratorio en el corazón de las células del cuerpo, en los órganos, los huesos. Luego, la zona vibratoria se ensancha en la forma de ondas creadas por la piedra arrojada al agua. Las tensiones se liberan, la mente está tranquila, estás en el momento presente.
A nivel emocional, de acuerdo con el protocolo de atención, puede haber una liberación emocional, risas, llantos, suspiros de alegría, ¡alegría!
En el nivel energético, es un verdadero cuidado de nuestros cuerpos energéticos. El Ser está armonizado, la circulación es fluida.
Utilizo cuencos tibetanos para tratamientos energéticos o asociados con masajes de bienestar, en la segunda parte.
Fuente: isabellenaturo
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