Perl, A. (2013). Oxidative stress in the pathology and treatment of systemic lupus erythematosus. Nature Reviews Rheumatology, 9(11), 674-686.
El estrés oxidativo aumenta en el lupus eritematoso sistémico (LES) y contribuye a la desregulación del sistema inmunitario, la activación y el procesamiento anormales de las señales de muerte celular, la producción de autoanticuerpos y las comorbilidades fatales.
La disfunción mitocondrial en las células T promueve la liberación de hidroperóxidos lipídicos inflamatorios altamente difusibles, que propagan el estrés oxidativo a otros orgánulos intracelulares y a través del torrente sanguíneo.
La modificación oxidativa de los antígenos propios desencadena la autoinmunidad, y el grado de dicha modificación de las proteínas séricas muestra una sorprendente correlación con la actividad de la enfermedad y el daño orgánico en el LES.
En las células T de pacientes con LES y modelos animales de la enfermedad, el glutatión, el principal antioxidante intracelular, se agota y la serina / treonina-proteína quinasa mTOR sufre una activación dependiente de la redox.
En turno, N-acetilcisteína, mejora la actividad de la enfermedad en ratones propensos al lupus; los estudios piloto en pacientes con LES han arrojado resultados positivos que justifican una mayor investigación. El bloqueo de la activación de mTOR en células T podría proporcionar un enfoque alternativo bien tolerado y barato al bloqueo de células B y los tratamientos inmunosupresores tradicionales.
Sin embargo, el estrés oxidativo compartimentado en células T auto reactivas, células B y células fagocíticas podría servir para limitar la autoinmunidad y su inhibición podría ser perjudicial. La terapia antioxidante también podría ser útil para aliviar el daño causado por otros tratamientos.
Esta revisión, por lo tanto, busca evaluar críticamente la complejidad del estrés oxidativo y su relevancia para la patogénesis y el tratamiento del LES.
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