jueves, 22 de septiembre de 2016

La Organización Colegial Naturopática se suma a las celebraciones con motivo del Día Sin Coches

La Profesión Naturopática la venimos ejerciendo en España desde 1922, "proporcionando una asistencia esencial, basada en métodos y tecnologías sencillos y naturales, científicamente fundados, socialmente aceptables y ecologicamente sostenibles, a un coste que la comunidad y el país pueden soportar.

Con este objetivo la Organización Colegial Naturopática se adhiere a las celebraciones que se están realizando en todo el Planeta con motivo del Día Sin Coches

Los problemas de la movilidad urbana, la contaminación del aire y el ruido, son una fuente creciente de preocupación para los europeos. Sin embargo, aunque la mayoría de las ciudades tienen graves problemas de circulación, el tráfico urbano aumenta continuamente, contribuyendo al deterioro de la calidad de vida.

Para intentar poner remedio a esta situación, los países europeos más sensibilizados decidieron celebrar una jornada de autorreflexión sobre el auto. El objetivo de este día festivo para los utilitarios privados es concienciar a los conductores sobre la necesidad de desarrollar pautas de conducta que no restrinjan sus desplazamientos, pero que sean compatibles con la protección del medio ambiente. Además, claro está, de intentar que sus habitantes redescubran las ciudades y su patrimonio cultural, en un entorno más agradable. La celebración de los días sin coches, que han cobrado importancia ciudadana en los últimos años, y que se ha extendido por diversos lugares del mundo, es sin embargo una experiencia con cierta tradición. Ya en la primera crisis energética, en 1974, diversos gobiernos nacionales, regionales y locales europeos desarrollaron la idea impulsados por la preocupación por el suministro de petróleo que conmocionó entonces a la opinión pública. Se trató, en general, de una mera prohibición del tráfico motorizado dominical. Todo tipo de vehículos sin motores de combustión hicieron las delicias de los reporteros gráficos, mientras que las poblaciones afectadas aprovechaban para recuperar el espacio perdido y aprender las ventajas colectivas de la desmotorización privada en unos auténticos días de fiesta. La experiencia duró tan poco como la crisis petrolífera.

En los años ochenta ecologistas y defensores del uso de la bicicleta volvieron a proponer las jornadas sin coches y , desde entonces, cada año por estas fechas, las ciudades europeas que participan en esta acción reivindicativa, reservan una zona para bicicletas, peatones, vehículos ecológicos que utilizan gas licuado del petróleo, gas natural o electricidad y, en particular, para el transporte público.

Con motivo de esta iniciativa, las autoridades municipales ponen a prueba otros medios que propicien la movilidad urbana diferente. Un buen ejemplo son los sistemas de reparto que utilizan vehículos limpios, nuevas líneas de transporte público, coches compartidos o zonas de aparcamiento para bicicletas, vigiladas.

La celebración de charlas, debates y otras actividades relacionadas con el medio ambiente, el consumo de energía, el transporte urbano y el futuro de las ciudades contribuye positivamente a sensibilizar a las autoridades competentes sobre la urgencia de tomar medidas. También ayuda a convencer a los usuarios de que deben acostumbrarse a dejar el coche en casa más a menudo

La preocupación por el tema originó al aprobación, por parte de la Unión Europea, de la Directiva Marco 96/62 sobre la calidad del aire. El objetivo de esta ley es garantizar la salud pública de los ciudadanos.

Si la ciudad respira también respiramos nosotros, de ello depende gran parte de nuestra salud. Desde la Organización Colegial Naturopática hacemos un llamamiento a la participación activa en este Día, pero que también sean los restantes días del año, reduciendo la contaminación atmosférica con los beneficios resultantes para nuestra salud urbana y personal. Y avancemos hacia una cultura de la salud.

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