Cuando Sophia entró en mi consulta, parecía alguien que se había quedado sin energía.
Tenía 48 años, estaba sana en teoría y estaba decidida a hacer todo bien: paseos diarios, alimentos integrales, gestión del estrés, etc. Pero llevaba más de un año sin dormir del tirón. Sentía la mente nublada, sus emociones eran impredecibles e incluso las tareas más sencillas la abrumaban.
“Ya no me siento yo misma”, dijo. “Estoy nerviosa y cansada. No puedo concentrarme. Lloro sin motivo”.
Sophia había entrado en la menopausia, una transición natural, pero que impacta profundamente tanto el cerebro como el cuerpo. Y aunque sus análisis de laboratorio de rutina parecían correctos, algo claramente no cuadraba. Fue entonces cuando adoptamos un enfoque diferente, uno que miraba más allá de la superficie.
¿Qué le sucede al cerebro durante la menopausia?
La menopausia no es solo un cambio hormonal, sino también neurológico. A medida que disminuyen los niveles de estrógeno, progesterona y testosterona, afectan directamente la función cerebral. Estas hormonas ayudan a regular el sueño, el estado de ánimo, la concentración y la energía. Cuando disminuyen, también puede disminuir nuestra capacidad para sentirnos equilibrados y alertas.
En el caso de Sophia, los síntomas se manifestaron como:
- Dificultad para conciliar el sueño y permanecer dormido
- Olvido y dificultad para concentrarse
- Cambios de humor y baja motivación
- Fatiga constante, a pesar de “hacerlo todo bien”
No estaba sola. Muchas mujeres experimentan estos cambios durante la transición a la menopausia (que suele comenzar a partir de los 40), pero pocas reciben el apoyo necesario para comprenderlos.
Mirando debajo de la superficie
Los análisis de laboratorio de Sophia no mostraron nada anormal. Pero pruebas más profundas revelaron:
- Niveles bajos de progesterona, estrógeno y testosterona : relacionados con trastornos del sueño, baja motivación y confusión cognitiva.
- Cortisol elevado por la noche : lo que sugiere una respuesta al estrés alterada que mantiene al cerebro funcionando a toda marcha durante la noche.
- Vitamina B12 y vitamina D en niveles bajos-normales : esenciales para la regulación del estado de ánimo y la energía cerebral.
Estos desequilibrios estaban drenando silenciosamente la capacidad de su cerebro para descansar y reiniciarse.
Un enfoque gradual: Calmar el cerebro primero
En lugar de recurrir directamente a la terapia hormonal, empezamos por ayudar al sistema nervioso de Sophia a encontrar su equilibrio.
Semanas 0 a 2: Regular el estrés y el ritmo circadiano
- Exposición a la luz matutina para restablecer su ciclo de sueño-vigilia.
- Desayuno rico en proteínas para estabilizar los niveles de azúcar en sangre y cortisol.
- Magnesio por la noche para un sueño más profundo
- Complejo B y vitamina D para restaurar los niveles de nutrientes del cerebro
- Hierbas adaptógenas (como la Rhodiola y la Ashwagandha) para apoyar la resiliencia al estrés.
En dos semanas, empezó a dormir más y a despertarse con menos ansiedad.
Apoyo hormonal suave
Una vez que su base era más fuerte, introdujimos hormonas bioidénticas, con cuidado y sólo lo que su cuerpo necesitaba.
Semanas 4 a 6: Reequilibrio hormonal
- La progesterona oral micronizada la ayudó a calmar su mente durante la noche.
- El estrógeno transdérmico en dosis bajas mejoró su estado de ánimo y favoreció su memoria.
- La crema tópica de testosterona ayudó a recuperar la concentración, el impulso y la confianza.
Empezó a dormir del tirón. Su pensamiento se agudizó. Su ánimo se estabilizó. «Siento como si por fin hubiera exhalado», me dijo.
Regresando a ella misma
Al final de las 12 semanas, Sophia describió sentirse estable, lúcida y emocionalmente resiliente. Reconectó con su familia, su trabajo y consigo misma.
“Experimenté un sueño reparador por primera vez en años”, dijo. “Me devolvió la vida”.
Puntos clave para afrontar la menopausia
- La menopausia es una transición cerebral : los cambios hormonales afectan a los neurotransmisores como el GABA, la serotonina y la dopamina, por lo que es normal sentirse aturdido, de mal humor o inquieto.
- El insomnio no es sólo un problema mental : puede ser una señal de alerta de desequilibrios hormonales y de estrés.
- Comience por el sistema nervioso : antes de introducir la terapia hormonal, apoye la capacidad de su cuerpo para descansar, recuperarse y regular el estrés.
- Los micronutrientes son importantes : incluso los niveles de vitamina D y B12 “bajos-normales” pueden afectar la claridad mental y el estado de ánimo.
- Mereces sentirte tú mismo : y con el apoyo adecuado, puedes lograrlo.
Reflexiones finales
La menopausia no tiene por qué ser una etapa de transición lenta. Con el enfoque adecuado —uno que respete la conexión entre las hormonas, el cerebro y la respuesta al estrés— puede convertirse en un momento de renovación profunda.
Si te han dicho que tus análisis están bien, pero sigues sintiéndote mal, no te lo estás imaginando. Confía en las señales de tu cuerpo. Hay un camino para recuperar la claridad, el descanso y la vitalidad.
Fuente: Natural Path
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