sábado, 17 de mayo de 2025

La Organización Colegial Naturopática se adhiere al Día Mundial de la Hipertensión recordando la importancia de mantener un estilo de vida saludable

Con motivo del Día Mundial de la Hipertensión, que se celebra cada 17 de mayo, la Organización Colegial Naturopática se suma a esta jornada de sensibilización global recordando que la hipertensión arterial es un importante factor de riesgo cardiovascular que puede prevenirse, controlarse y reducirse mediante hábitos de vida saludables, contribuyendo así no solo al bienestar personal, sino también a una importante reducción del gasto sanitario general (Dickinson et al., 2006).

Desde el enfoque Naturopático, el estilo de vida se entiende como un componente central de la salud. La educación para la salud y la promoción de estilos de vida saludables, desde la infancia, deben ser prioritarios para afrontar esta y otras afecciones crónicas de forma eficaz, sostenible y natural.

Estilo de vida saludable y su impacto en la hipertensión

La evidencia científica respalda de forma consistente la efectividad de intervenciones sobre el estilo de vida como herramientas primarias para promocinar la salud o controlar la hipertensión arterial:

1. Alimentación saludable

Una dieta rica en frutas, vegetales, cereales integrales y productos bajos en grasa, como la propuesta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension), ha demostrado ser altamente eficaz para reducir la presión arterial (Appel et al., 1997; Conlin et al., 2000). La dieta vegetariana o basada en plantas también presenta asociaciones beneficiosas (Appleby et al., 2002; Beilin, 1994).

Además, el aumento de potasio natural (presente en frutas, verduras, legumbres) y la reducción de grasas saturadas contribuyen significativamente a la salud cardiovascular (Bulpitt, 1981; Alonso et al., 2004).

2. Control del sodio

La reducción del sodio en la dieta es clave. Se recomienda no superar los 1,500 mg diarios en personas con riesgo (mayores de 51 años o con antecedentes hipertensivos), y un máximo de 2,300 mg para la población general (Dickinson et al., 2006). También es importante leer las etiquetas de los productos procesados, que suelen contener cantidades elevadas de sodio.

3. Peso corporal saludable

La pérdida de peso, aunque sea moderada, se asocia directamente con la reducción de la presión arterial (Blumenthal et al., 2010). Adoptar una rutina saludable de alimentación y movimiento es fundamental.

4. Ejercicio físico regular

Realizar al menos 30 minutos de actividad física diaria ha demostrado beneficios tanto en la prevención como en el tratamiento de la hipertensión (Blumenthal et al., 2010).

5. Consumo moderado de alcohol

Beber alcohol con moderación —máximo una copa al día en mujeres y dos en hombres— es esencial para el control de la presión arterial, ya que el exceso puede elevarla incluso en personas sanas (Choudhury et al., 1995).

6. Evitar el tabaco

El tabaco deteriora las paredes vasculares y acelera el envejecimiento arterial. Eliminar el consumo de tabaco es imprescindible para prevenir complicaciones cardiovasculares.

7. Gestión del estrés

El estrés crónico contribuye al aumento de la presión arterial. Prácticas como la respiración consciente, la relajación muscular progresiva o la meditación han demostrado efectos positivos (Alexander, 1939; Anderson et al., 2008).

El papel del Profesional Naturópata Colegiado

La Organización Colegial Naturopática subraya que el Profesional Naturópata es un agente esencial en la educación para la salud y el acompañamiento en procesos de cambio de estilo de vida. Desde una perspectiva salutógena, se promueve la armonía con los ritmos naturales del cuerpo y del entorno, entendiendo la promoción de la salud como una forma activa de empoderamiento en salud.

La Naturopatía, como disciplina con base científica y humanista, ofrece herramientas eficaces para prevenir la hipertensión, entre ellas:

  • Uso de alimentos funcionales y remedias herbales (Duarte et al., 2001; Cherif et al., 1995; Adebawo et al., 2006).

  • Incorporación de extractos como el de olivo, el té verde o el espino blanco (Antonello et al., 2007; Abdul-Ghani et al., 1987; Alonso & Martínez-González, 2004).

  • Promoción de higiotecnias mente-cuerpo para el control emocional y la relajación.

Conclusión

La Organización Colegial Naturopática reafirma su compromiso con la promoción de un estilo de vida saludable como piedra angular en la profilaxis de la hipertensión. En este 41º aniversario de nuestra organización (1984–2025), hacemos un llamado a la sociedad, a los profesionales y a las instituciones para sumar esfuerzos en la divulgación, formación y acción en salud natural.

Referencias

  1. Dickinson, H. O., Mason, J. M., Nicolson, D. J., Campbell, F., Beyer, F. R., Cook, J. V., ... & Ford, G. A. (2006). Lifestyle interventions to reduce raised blood pressure: a systematic review of randomized controlled trials. Journal of hypertension, 24(2), 215-233. Appel, L. J., Moore, T. J., Obarzanek, E., Vollmer, W. M., Svetkey, L. P., Sacks, F. M., ... & Lin, P. H. (1997). A clinical trial of the effects of dietary patterns on blood pressure. New England Journal of Medicine,336(16), 1117-1124
  2. Appleby, P. N., Davey, G. K., & Key, T. J. (2002). Hypertension and blood pressure among meat eaters, fish eaters, vegetarians and vegans in EPIC–Oxford. Public health nutrition, 5(05), 645-654.
  3. Azadbakht, L., Fard, N. R. P., Karimi, M., Baghaei, M. H., Surkan, P. J., Rahimi, M., ... & Willett, W. C. (2011). Effects of the dietary approaches to stop hypertension (DASH) eating plan on cardiovascular risks among type 2 diabetic patients a randomized crossover clinical trial. Diabetes care, 34(1), 55-57.
  4. Beilin, L. J. (1994). Vegetarian and other complex diets, fats, fiber, and hypertension. The American journal of clinical nutrition, 59(5), 1130S-1135S.
  5. Blumenthal, J. A., Babyak, M. A., Hinderliter, A., Watkins, L. L., Craighead, L., Lin, P. H., & Sherwood, A. (2010). Effects of the DASH diet alone and in combination with exercise and weight loss on blood pressure and cardiovascular biomarkers in men and women with high blood pressure: the ENCORE study. Archives of internal medicine, 170(2), 126-135.
  6. Conlin, P. R., Chow, D., Miller, E. R., Svetkey, L. P., Lin, P. H., Harsha, D. W., ... & DASH Research Group. (2000). The effect of dietary patterns on blood pressure control in hypertensive patients: results from the Dietary Approaches to Stop Hypertension (DASH) trial. American journal of hypertension, 13(9), 949-955
  7. Choudhury, S. R., Okayama, A., Kita, Y., Ueshima, H., Yamakawa, M., Niki, I., & Sasaki, S. (1995). The associations between alcohol drinking and dietary habits and blood pressure in Japanese men. Journal of hypertension, 13(6), 587-593.
  8. Alexander, F. (1939). Emotional Factors in Essential Hypertension: Presentation of a Tentative Hypothesis. Psychosomatic medicine, 1(1), 173-179.
  9. Bulpitt, C. J. (1981). Sodium excess or potassium lack as a cause of hypertension: a discussion paper. Journal of the Royal Society of Medicine, 74(12), 896.
  10. Actis-Goretta, L., Ottaviani, J. I., & Fraga, C. G. (2006). Inhibition of angiotensin converting enzyme activity by flavanol-rich foods. Journal of agricultural and food chemistry, 54(1), 229-234.
  11. Duarte, J., Pérez‐Palencia, R., Vargas, F., Angeles Ocete, M., Pérez‐Vizcaino, F., Zarzuelo, A., & Tamargo, J. (2001). Antihypertensive effects of the flavonoid quercetin in spontaneously hypertensive rats. British journal of pharmacology, 133(1), 117-124
  12. Abdul-Ghani, A. S., Amin, R., & Suleiman, M. S. (1987). Hypotensive effect of Crataegus oxyacantha. International Journal of Crude Drug Research, 25(4), 216-220.
  13. Anderson, J. W., Liu, C., & Kryscio, R. J. (2008). Blood pressure response to transcendental meditation: a meta-analysis. American journal of hypertension, 21(3), 310-316.
  14. Antonello, M., Montemurro, D., Bolognesi, M., Di Pascoli, M., Piva, A., Grego, F., ... & Rossi, G. P. (2007). Prevention of hypertension, cardiovascular damage and endothelial dysfunction with green tea extracts. American journal of hypertension, 20(12), 1321-1328.
  15. Cherif, S., Rahal, N., Haouala, M., Hizaoui, B., Dargouth, F., Gueddiche, M., ... & Boukef, K. (1995). [A clinical trial of a titrated Olea extract in the treatment of essential arterial hypertension]. Journal de pharmacie de Belgique, 51(2), 69-71.
  16. Adebawo, O., Salau, B., Ezima, E., Oyefuga, O., Ajani, E., Idowu, G., & Osilesi, O. (2006). Fruits and vegetables moderate lipid cardiovascular risk factor in hypertensive patients. Lipids in health and disease, 5(1), 1.
  17. Alonso, A., de la Fuente, C., Martín-Arnau, A. M., de Irala, J., Martínez, J. A., & Martínez-González, M. Á. (2004). Fruit and vegetable consumption is inversely associated with blood pressure in a Mediterranean population with a high vegetable-fat intake: the Seguimiento Universidad de Navarra (SUN) Study. British Journal of Nutrition, 92(02), 311-319.
  18. Capraz, M., Dilek, M., & Akpolat, T. (2007). Garlic, hypertension and patient education. International journal of cardiology, 121(1), 130-131.
  19. Barona, J., Aristizabal, J. C., Blesso, C. N., Volek, J. S., & Fernandez, M. L. (2012). Grape polyphenols reduce blood pressure and increase flow-mediated vasodilation in men with metabolic syndrome. The Journal of nutrition, 142(9), 1626-1632.
  20. Alonso, A., & Martínez-González, M. Á. (2004). Olive oil consumption and reduced incidence of hypertension: the SUN study. Lipids, 39(12), 1233-1238.

No hay comentarios:

Publicar un comentario