En pleno siglo XII, en el entorno de la Escuela de San Víctor de la Universidad de París —semillero de conocimiento humanista, místico y filosófico—, emerge una figura clave del pensamiento integrador: Hugo de San Víctor (c. 1096–1141), canónigo regular y maestro espiritual.
Su famosa distinción entre la ars curandi (arte de curar) y la ars vivendi (arte de vivir) nos deja un legado filosófico profundo que —siglos más tarde— resonará con fuerza en la praxis Naturopática, centrada no en el combate contra la enfermedad, sino en la vivencia plena y consciente de la salud.
La distinción fundamental: ars curandi vs. ars vivendi
Hugo explica que el saber se divide en varios órdenes, y que la salud del ser humano puede ser abordada desde dos lógicas muy distintas:
-
Ars curandi: corresponde al médico y al terapeuta, que actúan post facto, una vez aparece el daño. Es reactiva, orientada a restaurar lo que se ha perdido.
-
Ars vivendi: pertenece al filósofo, al educador, al sabio, que enseña a vivir en equilibrio, virtud y moderación, de modo que no sea necesario curar.
“Más vale enseñar a vivir que enseñar a curar. Pues el arte de curar depende de la necesidad, pero el de vivir, de la sabiduría.”
— Didascalicon, Hugo de San Víctor
Este principio anticipa el núcleo definitorio de la Naturopatía moderna, que no nace como medicina natural ni alternativa, sino como saber autónomo orientado a la salud positiva, a la promoción activa de los factores que favorecen el bienestar y la autorregulación.
Relevancia para la Naturopatía contemporánea
1. Educación para la salud como arte de vivir
La ars vivendi victorina se basa en el aprendizaje del equilibrio, la contemplación del ritmo natural y la armonía con el entorno. El Profesional Naturópata actual educa, guía, acompaña: no "cura", sino que ayuda a que el usuario reencuentre su salud como proceso cotidiano.
2. Prioridad de la profiláxis sobre la reacción
Mientras que la ars curandi espera al síntoma, la ars vivendi actúa antes del desequilibrio, fomentando estilos de vida salutogénicos, alimentación coherente, descanso, autogestión emocional y conexión interior.
3. Visión holística del ser humano
Hugo no separa cuerpo, mente y espíritu. Su espiritualidad es profundamente encarnada y ecológica: vivir bien es cuidar el cuerpo, ordenar los afectos y cultivar el alma. Esta integralidad antropológica es la misma que sostiene el criterio Naturopático.
Hugo como eslabón entre la filosofía antigua y la ciencia de la salud moderna
La ars vivendi no es solo una ética personal. En el pensamiento de Hugo, se convierte en una verdadera epistemología práctica del saber vital: una ciencia del vivir bien (scientia bene vivendi). Por eso, su figura puede y debe ser incorporada como referente histórico-filosófico en la fundamentación académica de la Naturopatía.
Tal como Areteo fue puente entre Hipócrates y el cristianismo, Hugo de San Víctor es puente entre la espiritualidad medieval y la ciencia de la salud vitalista que florecerá en el Renacimiento higienista y, siglos más tarde, en la Naturopatía de Kuhne, Lust, Marchesseau y Lezaeta.
Conclusión: Fundamentos antiguos para una profesión moderna
El Profesional Naturópata, al recuperar figuras como Hugo de San Víctor, fortalece sus raíces filosóficas, su autonomía epistémica y su legitimidad histórica.
La Naturopatía no es un invento moderno, sino una evolución de antiguos saberes sobre el vivir bien, el equilibrio humano y la salud como camino.
Bibliografía recomendada
-
Hugo de San Víctor. Didascalicon. Sobre el arte de leer. Ed. Akal, 2001.
-
Gilson, Étienne. La filosofía en la Edad Media. Gredos.
-
Schmitt, C. B. The Aristotelian Tradition and Renaissance Universities. Aldershot.
-
McGinn, B. The Growth of Mysticism: Gregory the Great through the 12th Century. Crossroad Publishing.
Naturopatía Digital. Cuadernos de Historia de la Naturopatía
No hay comentarios:
Publicar un comentario