Introducción
En el proceso de sistematización y codificación terminológica dentro del campo de conocimiento de la Naturopatía, resulta esencial revisar términos con raíz histórica que respondan a su epistemología propia y legalidad vigente. Uno de estos términos fundamentales es el de “Saludador”, una figura de amplia tradición en la historia de la cultura ibérica, que precede y fundamenta en muchos aspectos el ejercicio actual del Naturópata, especialmente en lo que respecta a su finalidad salugénica y higiogénica, no terapéutica.
Fundamentación conceptual
El acto Naturopático, como se establece en la práctica profesional reglada, no tiene finalidad terapéutica, ni se enmarca dentro de la asistencia sanitaria o médica. Su propósito es la educación para la salud, la profilaxis primaria y la optimización de la capacidad natural del organismo para mantenerse en equilibrio.
En este contexto, términos como terapeuta resultan inadecuados y confusos. Proponemos, en cambio, el uso del término saludador, cuya etimología (del latín salutator-oris) lo define como “el que da salud”, en un sentido salugénico y cultural, que trasciende la interpretación biomédica y conecta con las raíces antropológicas de la gestión de la salud natural.
Análisis histórico del término Saludador
Según los estudios recogidos en fuentes como Naturopatía Digital y las ponencias del investigador Manuel Navarro, el saludador fue una figura activa en la Península Ibérica desde al menos el siglo XV, con ejercicio legal y reglado, sometido incluso a exámenes oficiales en ciudades como Valencia.
Características del saludador:
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Figura no académica, pero reconocida legalmente.
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Su función principal era prevenir, preservar y promover la salud de personas, animales y cosechas.
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Se fundamentaba en prácticas naturales, simbólicas y populares.
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Actuaba bajo licencias concedidas por autoridades civiles o eclesiásticas.
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Fue reconocido en muchos casos por su capacidad para saludar el entorno (ganados, cosechas, personas) frente a amenazas ambientales, emocionales o culturales.
Ejemplos documentados:
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Saludadores con licencia oficial en Murcia, Valencia, Guipúzcoa, Castilla y Navarra.
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Mujeres saludadoras como Josefa Medina (Valencia, 1631) o Isabel Gil (Cuenca, s. XVIII).
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Oficiales examinadores como Domingo Moreno en Valencia.
Justificación de su recuperación terminológica
El término saludador cumple con varios criterios fundamentales para ser incluido como parte del vocabulario Naturopático:
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Raíz histórica y cultural sólida, ligada al territorio peninsular.
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Funcionalidad paralela al modelo profesional del Naturópata: enfoque en la promoción del bienestar natural, empoderamiento de la persona y uso de medios naturales y tradicionmales.
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Diferenciación clara respecto a la práctica médica - terapéutica.
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Reconocimiento social histórico, con legalidad y valoración interclasista (desde el campesinado hasta la realeza).
Propuesta de inclusión en el Manual de Términos Naturopáticos Razonados
Término: Saludador / Saludadora
Definición: Persona que, desde el saber empírico y la conexión con las fuerzas naturales, desarrolla prácticas de acompañamiento salugénico y higiogénico, orientadas a favorecer el equilibrio individual y colectivo.
Ámbito de uso: Tradición ibérica. Figura ancestral recuperable como símbolo identitario del Naturópata actual.
No confundir con: Terapeuta, sanador mágico, curandero o profesional sanitario.
Estado legal (histórico): Examinado por autoridades oficiales, con licencia de práctica desde el siglo XV al XIX.
Reflexión final
Recuperar la figura del saludador como denominación identitaria del Naturópata es una acción estratégica tanto en el plano conceptual como en el jurídico. Ayuda a delimitar con precisión el campo de actuación de la Naturopatía, a la vez que revaloriza un legado cultural invisibilizado por el paradigma biomédico dominante. Es un acto de reafirmación epistemológica y de defensa de la diversidad del conocimiento sobre la autogestión de la salud.

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