miércoles, 4 de abril de 2018

La Organización Colegial Naturopática celebra hoy 4 de abril el 93 aniversario de la apertura de la primera escuela de contenido Naturopático denominada "Escuela de Naturotrofología"



La Organización Colegial Naturopática celebra hoy 4 de abril el 93 aniversario de la apertura de la primera escuela de contenido Naturopático denominada "Escuela de Naturotrofología" realizada por José Castro y Nicolas Capo; es entonces cuando comienza el proceso formativo de la Naturopatía española. Está escuela se aperturó el día 4 de Abril de 1.925 en Barcelona. El discurso de apertura fue realizado por Nicolas Capo; discurso que reproducimos integramente con autorización de Odina Capo.

PALABRAS PRONUNCIADAS EN LA APERTURA DE LA ESCUELA NATUROTROFOLOGIA POR NICOLAS CAPO LA NOCHE DEL 4 DE ABRIL DE 1925 EN BARCELONA

Pronto hará dos años que salimos con el Prof. Castro llenos de esperanzas en el corazón y en las frentes, rumbo a Europa, de aquella esplendente república americana, el Uruguay, para continuar con más tesón y amor la obra que allí emprendimos, especialmente con la fundación de la Escuela Libre Naturista, la que fue y sigue siendo un hecho histórico y una suprema necesidad del ideal en las avanzadas de las columnas del Vegetarismo moderno el Neovegetarismo.

El hombre, el espíritu humano, puede tener unos momentos de duda al verse ante la realidad de un brazo que es capaz de borrar la obra de tantos siglos, un cerebro que olvide los senderos trazados por la intuición. Su matemática puede equivocarse… pero ¡jamás! el corazón humano. El corazón, luz de hombre, edificio del arte y de la suprema aspiración, no olvidará nunca la ley de orden y conducción del hombre hacia el regazo de la madre Natura… A pesar de los estruendos y convulsiones sociales que en la actualidad agitan las mentes…., A pesar de los vaivenes y tumbos y retumbos que los individuos sufren en sus venas y órganos por los achaques de la vida antinatural y enfermiza, el corazón, todo sabiduría y dominador de las evoluciones internas de los mundos, está siempre alerta, y nos exhorta siempre a volver siempre hacia la Naturaleza; él se revela siempre en contra de todas las ignominias y en contra de todas las injusticias.

Y desde que salimos de aquel Montevideo de nuestra juventud y luchamos por la causa del progreso, ya desde mucho antes de salir, abrigamos en nuestro interior la idea de volver a levantar una Escuela, de volver a elevar un obelisco de enseñanza pro salud , como un escudo contra las enfermedades – la inmunidad fisiológica -, erguido y altivo, en los centros más apropiados y selectos de la vasta nación española, donde Cervantes, enjuto de cuerpo, pero grande y hondo de espíritu , derramó su potencialidad cerebral y su volcán de idealismo y poesía, conmoviendo a los tiranos, estremeciendo a los fríos mármoles y emocionando a los hombres del Nuevo Mundo, donde llegaron en otra hora las carabelas de Colón… Nuestro objeto al visitar a Galicia, la región bilbaína, la valenciana, la alicantina, la de Málaga, la de Madrid y la de Cataluña, fue precisamente el de investigar la naturaleza que tienen sus habitantes, ver sus costumbres y sus estados evolutivos, sus climas, sus industrias y comercios, sus industrias gigantescas, que desafían al cielo, sus aguas, sus ríos, sus tierras más o menos fecundas, así como también su concepto de la fe y optimismo de la vida. Barcelona nos pareció, sin duda alguna, la mejor, por su internacionalismo, para las grandes empresas del progreso; y por la unión entre los hombres de pecho abierto a todo lo nuevo, la más apropiada hoy para asentar y extender la propaganda de divulgación de la Ciencia del Bien Vivir , la Trofología y Trofoterapia. Queremos que la ciudad condal sea cuna y jardín de una escuela que ha de asombrar al mundo, no sólo científico, sino al mismo conjunto de vegetarianos (modestia aparte), por su nueva forma y fondo, por su síntesis pro salud y por sus positivos resultados en la práctica de la vida diaria. Queremos libros nuevos. Queremos escuelas nuevas. Queremos hombres nuevos.

Por lo tanto, damos por fundada la Escuela Naturotrofológica con el apoyo, deseo y consentimiento de todos los buenos amigos del Vegetarismo, que forman legión, dando su voto los presentes con el hecho de acudir a la Asamblea y contribuir a su sostenimiento material y moral, y, como en forma de nuevos Quijotes, propagar nuestras buenas nuevas al resto de la sociedad enferma y desorientada en su salud integral, que hace eterno sus sufrimientos y muy triste la vida antinatural en que se agita y vive… sin luz, sin sol y sin esperanzas.

La Escuela, tal como hoy puede desenvolverse su área, es pequeña; su vehículo de expansión limita nuestras actividades, y los deseos espirituales pro regeneración humana piden más campo, más vías de expansión y mayor manifestación de voluntades, para plasmar y cristalizar en hechos las ideas concebidas en la conciencia y en el corazón.

Porque entendemos que no tienen absolutamente ningún mérito el enseñar y propagar una idea si no se es consecuente con la misma; por eso decimos que esto es pequeño… Pero no importa: el calvario de los Cristos es más bello cuanto más escabroso es el camino a subir… Más adelante… nuestro propósito es fundar un gran Sanatorio – Colonia Naturista, anexando viviendas para los enfermos que han pasado por la clínica y para los naturistas convencidos que quieran vivir, de acuerdo con la ciencia, la sociología y la religión, una vida más vivificada, una vida al sol, a la luz y entre flores y frutas, donde los pájaros canten y nuestros corazones le contesten… Luego más allá, melocotoneros, más acá las uvas, más al centro un verde limonero que dice: ¡Pureza! ¡Pureza!.

Y sentados por entre los céspedes, algunos enfermos que han llegado de la ciudad doliente y enfermante, con tubérculos en los pulmones, pero que ya no escupen rojo, sino que sonríen ante un libro de Pitágoras que leen al sol; porque después de tomar el sol en su piel, respirar aire con oxígeno puro y comer los alimentos racionales y curativos, es decir, después de haberse alimentado trofológicamente , su organismo descansa, sus células despiertan, ven la luz de la salud, se higienizan, y luchan contra los malos humores, contra las morbosidades, contra los enviciamientos de los nervios y del paladar. En posesión de ese despertar sublime, desean la vida, se rebelan contra la enfermedad y los dogmas familiares, porque han visto la luz de la salud y piden sensibilidad trófica .

Entonces comienza la generación de todas y cada una de las moléculas que componen el protoplasma de la célula, y estas células a su vez regeneran el conjunto, a los tejidos y a los órganos, y por ese nutrimento viene como consecuencia la fuerza, el vigor y la energía. Ese es nuestro ideal, donde con comodidad se pueden regenerar todos con suma facilidad y de manera segura. La vida de campo en sociedad con nuestros afines es nuestro ideal, y realizaremos esto cuando los hombres de buenos y fraternales sentimientos, de buenas imaginaciones, de templada voluntad y de medios materiales los quieran emplear para tan magna obra. Allí es la vida sencilla que emancipa de las esclavitudes.

Vida sencilla rodeada de una atmósfera de salud y de pureza, saturada de emociones internas santas y libertadoras, y donde se puede asegurar a la progenie humana un porvenir de gloria y la mejor herencia, que es una buena sangre (y no montones de oro) y unos mejores tejidos, que así es como nuestra raza se perpetúa y se perfecciona eternamente… Esa es la vida sencilla y normal para la que el hombre ha venido a la tierra. ¡A vivir!. La enfermedad y el dolor en el hombre representa el error y la sombra del Bien, luego la enfermedad y el dolor es lo más mínimo, con suma facilidad se puede evitar. Como nosotros tenemos el concepto de que todas las enfermedades se generan por una alteración del Metabolismo trófico (distrofia interna), o por una alteración del roce molecular combinado con el destronamiento de los sentidos de la inervación, y, principalmente, debido a la desnutrición, por falta de alimentos tróficos naturales (las sales) en los tejidos, los humores sanguíneos y la presencia de tóxicos debidos a las fermentaciones en el aparato digestivo ; como consecuencia especial de todos esos desarreglos, vienen, al cabo de años, las alteraciones de las glándulas de segregación interna (funcionamiento endocrino); la enfermedad, en resumen, no es más una graduada alternación de la alimentación diaria del hombre.

Entendemos por alimentación del hombre, entrando en ella la tonificación de la piel por el sol y el aire, la oxigenación pura de los pulmones, y la alimentación bucal (donde entran productos sanos y bien armonizados y completos). Y regularizando esta alimentación completa, que equivale a hacer trofología, es cómo pretendemos aquí en la Escuela (aunque no de una manera tan perfecta como en el Sanatorio)sanar, curar o, mejor dicho, equilibrar y regenerar los organismos lacerados por el error, las malas costumbres y los vicios de la civilización; a la que ese conjunto de organismos celulares, llamado hombre, ha sido sometido, y esclavizado por enfermedades tan terribles como el cáncer, diabetes o cualquiera de las manifestaciones del artritismo : gota, tofos, reuma, nefritis, arteriosclerosis y las anemias en general. Todas las enfermedades son, por la Trofología, infaliblemente curables, o mejor dicho, regneratrices , si es que no faltan al enfermo pocos días para morirse, o si es que no se cumple al pie de la letra el plan prescrito por la Trofoterapia . Trofoterapia quiere decir Trophos , alimento, y terapia, curación: es la ciencia de la alimentación curativa, que pretende curar, sanar, regenerar , todas las enfermedades exclusivamente por la alimentación, por malas y rebeldes que aquellas sean.

La alimentación curativa consiste en que sea purificante, especializada e individualizada para cada enfermo, entendida en su triple aspecto: sol , aire y alimentación , empleando en ésta especialmente los alimentos llamados catalíticos (que son todas las frutas jugosas ácidas y dulces) y todas las ensaladas tiernas y frescas, y los caldos de verduras; pero todo debidamente seleccionado, combinado y adaptado para cada caso , sin más necesidad de medicamentos químicos, tóxicos, ni paliativos, ni operaciones ni otras aplicaciones de baños inútiles, para llegar al verdadero concepto hipocrático “que tu alimento sea tu única medicina y que ésta sea tu único alimento”.

Enseñar, educar e instruir en todos esos sentidos a la Humanidad doliente, que constantemente va buscando en vano, con sus cuerpos, nervios y pensamientos execrados, lacerados y moribundos, por los centros del engaño y del lucro; enseñar a ver esos errores y lacras y la manera de evitarlos y corregirlos, es lo que tiene por base esta Escuela, que, a pesar de no ser definitivamente nuestro ideal, repetimos, es el paso más avanzado en las filas de la vanguardia de las instituciones verdaderas pro salud humana . Y en este punto la Humanidad está atrasada.

Como veréis por nuestra modesta obra, no venimos a traeros inventos gloriosos, panaceas sociales ni paraísos artificiales, sino simplemente a exponer, a educar, a enseñar e instruir en la verdadera y única ciencia y filosofía capaz de devolver la salud y la felicidad perdida a los hombres, y que hoy tanta falta nos hace, especialmente en los momentos actuales de caos, pesimismo y de pestes, cuando tanta confusión existe con respecto a si el Naturismo cura o no todas las enfermedades. Al llegar a este punto, nosotros decimos que no, que lo que hace el Naturismo es sólo regenerar los cuerpos enfermos por una vida sencilla, sin falsear la curación.

Lo nuevo que nosotros traemos, es que podemos decir bien alto, gritar a todos los ámbitos, que la enfermedad y la impureza celular en el ser humano no tienen derecho a existir, no tienen razón de ser , y que debe hacer todos los esfuerzos posibles para su extirpación radical; esfuerzos que consisten , más que en ningún secreto, en reformar las normas de vida privada y pública . No tiene derecho a existir enfermedad alguna, porque están de más, máxime hoy que existe esa ciencia natural llamada Trofología , que regenera, purifica, robustece y santifica al hombre, sin darse cuenta; porque así como en la salud física, así ocurre en la espiritual: a medida que se va haciendo más sano, menos se siente el cuerpo, y a medida que el espíritu se va santificando, por los pensamientos puros, menos se siente el sacrificio, porque el hombre, entonces, se convierte en la redención misma… El CARNIVORISMO es una pena. El ALCOHOLISMO es una locura. El NARCOTISMO una aberración.

Y un régimen alimenticio incompatible, una equivocación, y no una crisis en el aprendizaje humano. Tomemos el sendero de la verdad, que estaremos en vía salvadora….

Eduquémonos y reeduquémonos, luchemos contra nosotros mismos; la fiera la tenemos debajo de nuestra piel, no está por las calles. Hablemos al mundo. Por grandes que sean nuestros sacrificios, salvemos a la infancia en nosotros; por hondas nuestras tribulaciones y nuestras dudas, demos el paso adelante, seamos fuertes de espíritu, tengamos fe en nosotros mismos, tengamos fe en el porvenir. La Humanidad selecta no debe perecer, las fuerzas renovadoras del macrocosmos son inagotables e imperecederas, y son tantas, que si algún día cayéramos, nos levantaríamos siempre, siempre, con la cruz a cuestas, como nuevos Cristos, gritando a los demás: ¡Levántate y anda! ¡El nacimiento del Naturismo trofológico representa en la historia de las Ciencias de la Salud un paso decisivo para la salud de la Humanidad!

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